¿Qué fue de Walter Guiñazú?
Walter Guiñazú fue el pionero, junto a Marcelo Nicola, de los argentinos que marcaron el crecimiento deportivo del Baskonia
Baskonia inició el 6 de enero de 1989 una ruta que, durante 20 años, fue casi un puente aéreo entre Argentina y Vitoria-Gasteiz. Ese día de Reyes llegaron a Vitoria-Gasteiz dos jóvenes jugadores de baloncesto reclutados por Alfredo Salazar: Marcelo Nicola y Walter Miguel Guiñazú Arán.
Ambos, con apenas 17 años cumplidos, fueron los pioneros de una extensa lista compuesta por 25 jugadores argentinos que marcaron el crecimiento deportivo del Baskonia.

Foto: L&;P Fotógrafos. Photo-Araba. Walter Guiñzaú con el número 12 en la camiseta del Taugrés Baskonia 89/90
Un viaje a Argentina que lo cambió todo
Cuando Josean Querejeta asumió la presidencia baskonista, el club azulgrana se planteó dos viajes estratégicos al continente americano; uno a Estados Unidos, para visitar y conocer por dentro la organización y la estructura de las franquicias de la NBA.
Y otro a Argentina, bajo la recomendación del técnico León Najnudel, cercano a Pepe Laso. El responsable de la cantera del club, Alfredo Salazar hizo aquel viaje para recorrer miles de kilómetros por carretera y así seguir de cerca a los jóvenes talentos del baloncesto albiceleste.
Era una nueva vía de mercado para un club que aspiraba a ser grande, y los raíces españolas de algunos ellos podría además ayudar a su contratación sin ocupar plazas de jugadores extranjeros. Y en aquel viaje Salazar volvió con dos argentinos bajo el brazo.

Foto: Walter Guiñazú con el número 13 en la plantilla de Atenas de Córdoba que ganó la Liga de Argentina en 1988
¿Cómo surgió el interés de Baskonia en tu fichaje?
Realmente surge todo en aquel primer viaje de Alfredo Salazar a Argentina en búsqueda de nuevos jugadores en Sudamérica. Entonces, Alfredo que tenía contacto con el técnico argentino León Najnudel, figura clave en la creación de la Liga Argentina y que también fue entrenador del CAI Zaragoza.
León nos conocía a Marcelo Nicola y a mí, ya que fuimos jugadores de las selecciones argentinas que empezaron a marcar una época en categorías inferiores. Ganamos juntos el campeonato Sudamericano cadete en 1988 disputado en Encarnación, Paraguay. En aquella plantilla estábamos Hugo Sconochini, Jorge Racca, Marcelo y yo .

Foto: Walter Guiñazú y Marcelo Nicola recién llegados a Vitoria en 1989
¿Cuál había sido tu trayectoria deportiva hasta entonces?
Yo me formé en un club importante como Atenas de Córdoba. Alfredo acude a la Final de la liga que jugamos ante River Plate, donde ganamos el título en el tercer partido de la serie.
Pocos minutos después de ganar el campeonato, se me acerca Alfredo Salazar y me dice; “tengo que hablar contigo”. Y yo en la euforia del título digo; “Ah, pues estupendo”. Me dejó una tarjeta del hotel en el que iban a estar durante unos días. Al día siguiente, mi padre fue a recogerlo y lo trajo a casa para reunirnos con él.
Hablamos de hacer una prueba primero en Argentina. Fue algo muy rápido porque él ya tenía números y referencias de mí. Sin agentes de por medio. Después, en Vitoria tenía otro periodo de prueba para demostrar junto a Marcelo si podíamos quedarnos. En cambio, con Marcelo, sí pasó Alfredo más tiempo en Cañada de Gómez.
Dejamos atrás nuestra infancia, nuestra adolescencia, nuestros amigos, pero yo estábamos convencidos de lo que queríamos hacer y eso ayudó muchísimo.

Foto: Walter Guiñazú y Marcelo NIcola recién llegados a Vitoria en 1989
Los primeros jugadores argentinos del Baskonia
¿Cómo se afronta ya a nivel familiar afrontar la aventura de dejar Argentina para dar el salto a un club como el Baskonia a 10.000 kilómetros de tu casa?
Imagínate que con 17-18 años se te presenta esta oportunidad de viajar a España. La verdad que eran otros tiempos. Argentina en aquella época era un caos. Bueno, ahora también, como a lo largo de la historia.
Nosotros teníamos claro qué queríamos ser, aspirar a jugar al baloncesto de manera profesional. Entrenábamos 5 o 6 horas al día. Tuve la suerte de estar en uno de los clubes grandes de Argentina como era Atenas que me atendía muy bien, en el que pude alternar muchas categorías con sus equipos.
Me lo tomé como un desafío más. Mi familia tampoco se opuso, me imagino ahora vivir una situación así como padre y se me pone todo patas arriba. Mis padres tuvieron una generosidad que nunca podré agradecerles. No sé si la tendría ahora, conociendo lo que supuso este camino. Desde luego apoyaría la decisión que tomara mi hijo, o mi hija, pero... uff sería muy duro.
Venís juntos ¿y qué encontráis en Vitoria?
El club nos hizo sentir siempre arropados. Nada más llegar a Madrid nos esperaba Alfredo para tomar otro vuelo a Bilbao.
A nivel personal la adaptación a Vitoria fue muy buena, y siempre muy bien acompañada, tal vez lo que más nos impactó más fue la comida.
Nos acogieron en el piso de la Tita Carmen, como le llamaba Alfredo, porque era familiar suya, nos cuidó como si fuera una madre adoptiva. Hizo que todo fuera más fácil para nosotros. Recuerdo que Alfredo aún compaginaba su labor en el Baskonia con su tienda de lámparas.
También recuerdo aquellos domingos de nostalgia, pero aferrarnos al balón y al trabajo del club nos ayudó a superar esos momentos de añoranza.
Las ayudas de de club, Imanol que era uno de sus colaboradores, nuestra relación con Juanjo Brizuela, el hermano de Txus que era el entrenador ayudante de Manu Moreno, y el delegado Patxi Gómez de la Iglesia, fueron nuestro grupo de amigos.
No nos dejaban solos, nos enseñaron las entrañas de la ciudad, íbamos a ver al Alavés, no llevaban a comer a los sitios típicos de Vitoria, te hacían sentir como de la casa y no un forastero. Por eso quiero dar mi agradecimiento a todas esas personas que nos hicieron esa adaptación mucho más fácil

Foto: Walter Guiñazú con el número 8 al poco de llegar junto a Marcelo Nicola a la cantera del Baskonia
¿Alguna anécdota curiosa?
Un día el club nos llevó al almacén de Converse. Nosotros veníamos con apenas un par de zapatillas de Argentina, nos teníamos que equipar con la ropa para entrenar.
Cuando nos dijeron que podíamos coger lo que quisiéramos, ya que se trataba del sponsor del club, separamos un par de camisetas, unos pantalones cortos y un chándal.
Hasta que el delegado Patxi, nos dijo, coged más que tenéis que ir uniformados, y se encargó de hacer la selección del material. Fue algo asombroso. Salíamos de allí con mochilas llenas. Parecía que habían llegado los Reyes Magos.

Foto: Foto: Photo Araba. L&P FOTÓGRAFOS. Walter Guiñazú con el número 12 en el equipo junior del Baskonia entrenado por Alfredo Salazar en la temporada 89/90
¿Cómo era vuestro día a día?
Desde el minuto uno del primer entrenamiento formábamos de la disciplina del primer equipo, entrenado por Manu Moreno. De hecho nada más bajarnos del avión en Sondika nos llevaron a entrenar con ellos.
Entrenamos con el primer equipo, alternábamos también con el juvenil, y con el junior. Además a los mediodías estaban las tecnificaciones en Landázuri de las que me voy a acordar siempre.
Allí teníamos en aquel pabellón tan pequeño, a Iñaki Iriarte, a Pepe Laso, además de Alfredo Salazar que nos ayudaban a mejorar nuestro juego, como también al resto de jugadores de la cantera como David Sala.

Foto: L&;P Fotógrafos. Photo-Araba. Plantilla del Taugrés Baskonia 89/90
Pero vuestra llegada también implicó mucha burocracia ¿verdad?
Mi caso era diferente al de Marcelo, pero se puede decir que fuimos pioneros en ese sentido, porque lo abogados del club hicieron un trabajo en profundidad, un máster en toda regla, para tramitar nuestra nacionalidad.
De alguna manera toda esa labor marcó un camino a seguir en otros casos que llegaron después, como el de Ramón Rivas.
En en concreto la mía pese a que mi madre, que es española, demoró más tiempo de lo que debería haber sido normal, al ser considerado oriundo. Pero bueno, al final la pude conseguir un año y medio después.
A Marcelo en cambio su expediente tardó tres años en resolverse, para poder cumplir el tiempo de residencia necesario.

Foto: Walter Guiñazú en el poster del Baskonia con el número 12 en la temporada 90/91
En tu tres años en el Baskonia no llegas a debutar en la Liga ACB, pero ¿cómo era estar en un equipo que aspiraba a ser grande?
Era el era un lujo, la predisposición de Manu Moreno y Txus Brizuela con su consejos y su forma de trabajar, fue una pasada para nosotros. Con Txus suelo hablar cuando veo a jugar a su sobrino Darío, tenemos una relación muy familiar.
Sin olvidar a jugadores de la calidad de Ralph McPherson, Larry Micheaux, y qué decir de Pablo Laso, un adelantado a su tiempo para este deporte.

Foto: Photo Araba. L&P FOTÓGRAFOS. Walter Guiñazú con el número 12 en el equipo junior del Baskonia entrenado por Alfredo Salazar en 1990.
Luego con Joe Arlauckas o Chicho Sibilio. Todavía tengo mucho contacto con Alberto Ortega, con Julito Torres, con Félix de la Fuente, también con Ramón Rivas y hasta con Juan Domingo de la Cruz, que es como un tío para mí.
Ellos nos marcaron un camino a seguir, no tan recto como el actual pero sí mucho más divertido.
Herb Brown y sus historias americanas, ir a correr con Luis María Sautu por Armentia con 15 centímetros de nieve, que no había visto en mi vida, y este hombre nos hace correr. Son recuerdos que tengo aún muy presentes en mi memoria.
Campeones de España junior en Bilbao
En cambio sí ganaste el Campeonato de España junior en 1991. ¿Qué recuerdos tienes de ese título?
Ya el año anterior en la edición celebrada en Badajoz jugamos un buen torneo, en el que había una generación de jugadores ya profesionales como Nacho Azofra en Estudiantes o Miguel Ángel Reyes en Valladolid.

Foto: Photo Araba. L&P Fotógrafos. El equipo filial del Baskonia que se proclamó campeón de España junior en 1991
En la edición de Bilbao teníamos un gran equipo formado por: David Sala, José Manuel Manzano, Jorge García, Iñaki Gómez, Aitor Galdós, David Arenas, Pedro Rodríguez, Óscar Sesar, Iñigo González de San Román, Ander Txintxurreta y Marcelo Nicola.
Alfredo Salazar era quien se hacía cargo del equipo en los campeonatos de España, acompañado de José Javier Gómez

Foto:Plantilla del Vital Kutxa Baskonia que se proclamó campeón de España junior en Bilbao 1991.
Ganamos al Real Madrid en la final que se jugó en La Casilla que contaba con jugadores como Isma Santos, Ricardo Peral, Tomás Gonzalez, Silva.
Antes en semifinales ganamos al F.C Barcelona con José Luis Galilea, Roger Esteller y Lisard González, también al Joventut de Tomás Jofresa y Jordi Pardo.
¿Con qué te quedas de tu etapa vitoriana?
De mis años en Vitoria me quedo con que me educaron también en muchos valores diferentes y me hicieron mejor persona, desde luego.
También quiero recordar a Sanchón, que aunque nos tuviera que apretar o reñir en alguna ocasión, también era quien mantenía el contacto con nuestras familias en Argentina.
Hay tantos momentos entrañables. Tengo aún la asignatura pendiente de visitar Vitoria con mi familia para que la conozcan, ya que no he vuelto desde entonces.

Foto: Gigantes del Basket. Marcelo Nicola y Walter Guiñazú, protagonistas en el campeonato de España junior que ganó el Baskonia en 1991 celebrado en Bilbao.
De Vitoria a Málaga, y una larga trayectoria entre España y Argentina
Tras ganar el campeonato de España Junior en Bilbao, Marcelo Nicola da el salto al primer equipo del Baskonia aún ocupando la plaza de jugador extranjero dejada por Scott Roth, y se convierte en el jugador foráneo más joven en debutar en la Liga ACB apenas cumplidos los 20 años de cara a la temporada 91/92.
En cambio Walter Guiñazú finalizado su contrato con el Baskonia firma por el Mayoral Maristas entrenado por Javier Imbroda para poder tener una buena oportunidad de jugar en la Liga ACB.
Se trataba de un alero polivalente, que podía ayudar de escolta como de ala-pívot con sus 2,02 metros de altura.
Tras un año en Málaga se produce la unión entre el Caja de Ronda y Maristas para formar el actual Unicaja, mientras que alero argentino firma por el Club Baloncesto Ourense donde permanece dos años.

Foto: Walter Guiñazú entrena en los equipos de formación de Real Club Marítimo de Meilla.
En 1993 decide volver a Argentina donde continúa su carrera deportiva durante nueve años. En su país conquistó la Liga Nacional y Liga Sudamericana de Clubes con Olimpia de Venado Tuerto en el curso 95/96.
La inestabilidad económica en Argentina le trajo de vuelta a España en 2002. Completó su currículum como jugador en conjuntos de liga LEB como Guadalajara, Melilla Baloncesto, Juventud de Córdoba, y Clínicas Rincón de Málaga hasta 2004.
Instalado en Melilla desde entonces, ejerció como representante de jugadores durante unos años, también ha gestionando una empresa de servicios deportivos.
¿Qué es de tu vida ahora?
Desde hace tiempo en Melilla, en el Norte de África como se suele decir, sigo vinculado al baloncesto como entrenador.
Tengo dos hijos mellizos, Valeria y Miguel. me divierto con con esta pasión. Intento transmitir los valores que que nos me inculcaron a lo largo de mi trayectoria deportiva.
De esos entrenadores que han sido referentes para para mí y tratando de ser un agente educador a través del deporte.

Foto: Walter Guiñazú con su hija Valeria y su hijo, Miguel, también son jugadores de baloncesto en edad cadete.
Aunque mis hijos no saben mucho de mi carrera deportiva, hace pocos días se sorprendieron al escuchar mi nombre en un documental sobre el Baskonia y la trayectoria de Alfredo Salazar en televisión.
Y por último, ¿cómo ves al Baskonia actual ?
Escucho que hay quien dice que a nivel deportivo Baskonia ha perdido su identidad.
Para mí Baskonia siempre ha ido 10 años por delante del resto. No te digo que debe estar a la altura de Real Madrid o del Barcelona, pero sí puede aspirar a competir contra ellos.
Podemos hablar de re-estructuraciones de equipo o de la gestión. Josean Querejeta lleva 35 años de presidencia en los que ha demostrado estar años luz por delante de otros dirigentes de clubes deportivos.