El Resbaladero estrena bancos y jardineras ante el fracaso de los bares

El Resbaladero estrena bancos y jardineras con vegetación en las terrazas que iban a acoger mesas y veladores hosteleros. La obra realizada en 2013 no ha conseguido su objetivo de atraer a la hostelería a la zona, por lo que el Ayuntamiento ha decidido instalar mobiliario urbano. Mobiliario que, en apenas una semana, ha multiplicado ya el uso de esta calle.

Estas zona se reformó en 2013. En ese momento llegó a contar con seis locales interesados en instalar allí sus veladores. Así lo confirmó la entonces concejala de Espacio Público Leticia Comerón. Se pretendía conseguir algo similar a la Cuesta de San Francisco, donde el Txisu y el Toloño llenan de mesas los escalones. También en la Virgen Blanca el Dublin, Papizza y Virgen Blanca utilizan

Pero en el Resbaladero el intento no salió bien. Esta calle es mucho más cerrada, sin apenas Sol y con locales hosteleros más pequeños. La realidad es que hoy solo hay dos locales que instalan veladores en este tramo de Fueros: Level Up y Kupela. La Ronería Cubana y el Kebab, ubicados enfrente, no cuentan con terrazas exteriores. Y el Antiguo Felipe y La Presumida siguen cerrados a la espera de una posible reapertura. Y la parte baja de la calle carece de negocios hosteleros.

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La concejala Beatriz Artolazabal explicaba hace unos días que el nuevo mobiliario busca "potenciar el atractivo comercial y turístico de esta zona", así como "favorecer el tránsito peatonal". Una apuesta por "mejorar la estética y hacer la vida más cómoda" a la ciudadanía.

Los bancos y las jardineras no están colocados en todos los escalones, ya que el Ayuntamiento deja espacio libre en aquellos puntos que ahora utilizan tanto el Level Up como el Kupela. Este último cuenta además con una terraza cerrada frente a su puerta.

Los bancos y jardineras se instalaron entre el lunes y el miércoles. Y este fin de semana han sido muchas las personas de todas las edades que han aprovechado los bancos para sentarse o incluso para jugar en el caso de los más jóvenes. El verde y la madera han traído de nuevo vida a una calle que, en realidad, nunca la tuvo. Ha costado 10 años, pero ahora sí que la calle parece recuperada para el disfrute de las personas.

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Una reforma ambiciosa

Cuesta recordarlo, pero el Resbaladero era en 2012 una calle en la que había vehículos. La reforma reconquistó un espacio para la ciudadanía, ya que antes las aceras eran muy estrechas, y los coches aparcados en batería las invadían aún más.

La reforma de hecho contó con financiación autonómica, y delimitó en dos partes muy diferenciadas la vía: una rampa y una zona escalonada para terrazas hosteleras.