Un vitoriano a 30º bajo cero

23 febrero, 2012

Una primera estancia en Finlandia como Erasmus cautivó a Jon Imanol Durán, que lleva ahora dos años y medio trabajando en Oulu, una ciudad en el centro de Finlandia, que mira al mar y en la que en las últimas semanas se han alcanzado temperaturas de hasta 30 grados bajo cero. Escandinavia mantiene ese modo […]

Jon Imanol Durán, en medio del frío

Una primera estancia en Finlandia como Erasmus cautivó a Jon Imanol Durán, que lleva ahora dos años y medio trabajando en Oulu, una ciudad en el centro de Finlandia, que mira al mar y en la que en las últimas semanas se han alcanzado temperaturas de hasta 30 grados bajo cero. Escandinavia mantiene ese modo de vida más tranquilo que gusta a Jon, pero que al mismo tiempo le hace echar en falta algo tan tradicional aquí como los potes con los amigos.

-¿Por qué Finlandia?

-Estuve hace cuatro años de Erasmus. Lo pasé bien y vi que había oportunidades. Pero, aunque intenté buscar algo para quedarme, no lo encontré y, sin embargo, conseguí trabajo en Bilbao. Tras estar un año en Tecnalia, uno de sus 'partners', un instituto finlandés, me ofreció trabajo y aquí me vine. Desde entonces llevo dos años y medio llevo.

-No será lo mismo ir de Erasmus que a trabajar.

-Es muy distinto. Cuando tenías horario de estudiante te organizas tú pero, para ir a trabajar, tienes que organizarte, entrando entre las ocho y las nueve de la mañana.

Durán, pescando en un lago congelado

-Se cumple el tópico europeo. Empiezas a las ocho, con sólo media hora para comer, pero para las cuatro de la tarde estás en casa. Es intensivo, porque para comer tienes poco tiempo.

-Cómo se vive con pocas horas de luz?

-Ahora mismo tenemos cerca de 9 horas de luz, aunque en diciembre llega a haber sólo tres horas. Cada día crece ocho minutos la claridad. Para soportar la oscuridad, tienes que coger una rutina de día a día. Aunque al ser algo progresivo tu cuerpo se va acostumbrando. Además, la peor época coincide con Navidad, cuando yo siempre estoy en Vitoria.

-¿Cómo son los finlandeses?

-Aquí la gente es muy tranquila, te dejan vivir a tu modo, y eso me gusta. Nadie se preocupa por lo que hace el otro. Por ejemplo, si alguien se compra un coche nuevo, al resto de vecinos le da igual. Ese tipo de cosas a esta gente le da lo mismo. Es cierto que esto genera relaciones muy frías, pero una vez que les conoces son muy serviciales.

-¿Son gente fría?

-Son gente fría, son tímidos, muy tímidos. Pero una vez que les conoces, sin embargo, son muy serviciales, y muy buenos amigos.

-¿Tienes amigos finlandeses o habéis formado una colonia con gente de aquí?

-Existen colonias, pero yo ya me he integrado en la vida escandinava y la mayoría de mis amigos aquí son finlandeses. De vez en cuando sí quedo con algún compañero de Castellón o Madrid. Pero ya que hemos venido aquí, es lógico integrarse. Y además hemos tenido bastante suerte, porque conocimos a un grupo de amigos que nos han ayudado a ello.

-¿Cómo llevas el finés?

-He intentado estudiarlo, pero es un idioma que lleva mucho tiempo de estudio para conseguir mantener una conversación normal. Y trabajando es bastante complicado ponerte a estudiar este idioma. Así que yo me desenvuelvo perfectamente con el inglés.

-En cualquier caso, allí todo el mundo habla inglés, ¿no es así?

-Te sorprenderías ver a gente de la edad de mi abuela hablando perfectamente inglés. No tienen ningún problema y saben y usan el inglés a la perfección. También influye el hecho de que gran parte de la programación televisiva está en inglés. Aquí no se doblan las películas, y eso facilita la comprensión del idioma.

-¿Qué estilo de vida tienen las ciudades finlandesas?

-Nosotros vivimos en un bloque, pero una vez te alejas del centro sí se ven zonas de chalés, donde, por cierto no existen vallas entre los vecinos. Se ve ahí el respeto que existe, nadie se va a meter en la parcela del otro, o no te van a entrar a robar. Eso es algo que me gusta también de Finlandia. Sientes una seguridad que no existe en otros sitios.

-¿Os movéis en bici?

-Nosotros tenemos coche, y nos desplazamos a trabajar así. Pero, sin embargo, sí que te puedes mover perfectamente en bici. De hecho, yo he llegado a ir a trabajar en bici con 30 grados bajo cero.

-¿Qué temperaturas tenéis?

-Cuando en Vitoria hace unas semanas tuvistéis la ola siberiana, aquí pegó mucho más fuerte, y andábamos 30 grados bajo cero. Pero aquí el país no se para por estas situaciones; hay que ir a trabajar. El coche arranca a duras penas. Porque esos días sí tienes que ir en coche. Andar en bici un cuarto de hora con esas temperaturas es difícil de aguantar. Y posteriormente, la nieve se suele mantener hasta abril.

-¿Qué echas de menos?

-Sobre todo la familia.Y, en cuanto a formas de vida, echo de menos la tradición de ir a tomar algo con los amigos al salir del trabajo. Aquí esto no se lleva. Nos hemos acostumbrado a una cultura y nos gusta tenerla, pero está claro que todo no se puede tener.

El pueblo finlandés de Li, junto a un río congelado

-Además, en los países escandinavos el alcohol no se vende en supermercados, sino en tiendas especializadas, tipo estancos.

-Es que aquí tienen problemas muy serios con el alcohol. No llegan a entender que te puedes tomar una cerveza sin tener intención de emborracharte. Aquí tomar cualquier gota de alcohol significa que vas a acabar por los suelos. Para esta gente es así. Hace unos años el gobierno puso unas restricciones de venta. Y cuando acudes a estos lugares tienes un límite de compra, además de tener impuestos especiales. En cualquier caso, son menos restrictivos que en países como en Suecia. Allí el límite de gradación máxima para poder vender en supermercados está en 3,5 grados, mientras que aquí son 4,7 grados. Por eso, cervezas sí que se venden.

-¿Qué tal ejerces de embajador de la Green Capital?

-Aquí no la conoce nadie. Sí que me encargo de enseñarles fotos a mis amigos y explicarles. Y cuando lo ven sí les gusta, pero lo de Green Capital por aquí no se promociona como sí se escucha en Vitoria.

-¿Qué perspectivas tienes de futuro? 

-En un principio no hay fecha de vuelta prevista. Llegará un día en el que nos propongamos volver. Porque, al final, Vitoria es donde hemos nacido y siempre queremos volver. Aquí estoy bien y la situación no está para echar cohetes. Y la calidad de empleo que existe aquí es muy superior a las que se pueden encontrar en Vitoria. Yo estudié Informática y sigue habiendo trabajo en España, pero la calidad de los empleos son mucho peores que los que puedes encontrar aquí.

-¿La crisis ha afectado en menor medida a Finlandia?

-De mi grupo de amigos, que somos 18, nadie está desempleado. Eso ya es algo significativo. Y la tasa de paro está en el 7,5%.