Un vitoriano recoge firmas para adaptar las salas de cine a las personas en silla de ruedas

1 marzo, 2016

Los cines cumplen la ley, pero dejan los espacios en las filas inferiores

boulevard cine roboCristian López tiene 23 años y una discapacidad que le impide disfrutar plenamente de su gran afición, el cine. Este vitoriano estudiante de Derecho no puede mover las piernas por sí solo y se desplaza en una silla de ruedas desde que nació. Ello se traduce en una falta de autonomía que afecta a muchos aspectos de su vida, incluido el ocio. El sábado acudió a un estreno en las salas del centro comercial El Boulevard, que cuentan con espacios adaptados para personas con movilidad reducida en las primeras filas, donde la calidad de la experiencia cinematográfica “empeora muchísimo”.

Una vez más, sus amigos le tuvieron que levantar de su silla de ruedas y subirlo en brazos hasta una butaca mejor situada. “Menos mal que peso poco”, ironiza. Harto de esta situación tan molesta para él y sus allegados, Cristian ha iniciado una petición en Change.org.

Cristian lamenta que “desde las filas inferiores, el ángulo de visión no alcanza a cubrir toda la pantalla. Lo que me obliga a estirar el cuello y mantenerlo en una tensión constante”. Esta postura forzada “no solo resulta muy incómoda, sino que puede repercutir en mi salud”. Y en la de sus acompañantes. “En una ocasión, alguien que me llevaba en brazos tropezó, porque las luces ya estaban apagadas, y se cayó conmigo al suelo. Por suerte, sólo nos hicimos un poco de daño a causa del golpe”, recuerda.

Cristian propone colocar una plataforma elevadora en las salas y retirar dos asientos de la parte superior o central para solucionar este problema. “Al cine voy unas diez veces al año, pero si pudiera ocupar una zona más alejada de la pantalla, iría más a menudo, porque me gusta mucho ver películas. Imagino que bastantes personas en mi misma situación pensarán lo mismo”.

Firmar petición

Fuentes de Yelmo Cineplex recalcan: “Nosotros nos ceñimos a la normativa vigente”. El reglamento de accesibilidad del País Vasco establece que en cada sala debe haber dos espacios reservados para espectadores con movilidad reducida por cada cien personas o menos de aforo, con unas dimensiones mínimas de 1,40 por 1,10 metros libres de obstáculos para facilitar la maniobrabilidad de las sillas de ruedas. Asimismo, se dispondrán cerca de los lugares de acceso y paso por motivos de seguridad, entre otros. En algunas salas “estos espacios se sitúan en la tercera fila y en la cuarta”, explican desde cadena. Cristian es consciente de que los cines cumplen la normativa, pero para él resulta insuficiente. “Se trata de hacer justicia social y atender a las demandas de un colectivo en inferioridad de condiciones” y no del marco legal.

La asociación Eginaren Eginez, que defiende los derechos de las personas con discapacidad física de Álava inició hace ya varios años una persistente lucha para mejorar la comodidad de este colectivo en las salas de Yelmo Cineplex. “A la gente con minusvalía le dejan los peores asientos”, denuncia una portavoz de la entidad. “Empezamos a quejarnos cuando la cadena se instaló en el centro comercial Gorbeia”. Sin embargo, “hasta ahora no hemos conseguido nada, precisamente porque se ajustan a la normativa”. También denunciaron que en las salas de El Boulevard “hay salidas de incendio debajo de las pantallas, aunque con escaleras. Sin embargo, “desde Yelmo Cineplex nos respondieron que han diseñado un plan de evacuación donde eso no supone problema alguno”.

Eginaren Eginez denuncia que el de la ubicación de los espacios adaptados constituye una problemática recurrente entre sus socios. “Muchos se quejan de dolores de cuello”. Ponen como ejemplo el pabellón Buesa Arena, “que también cuenta con asientos para personas con movilidad reducida en primera línea”. A veces, “los acompañantes de la persona en silla de ruedas prefieren ver los espectáculos desde otro asiento mejor situado, lo que puede afectar a su vida social”, reflexionan desde Eginaren Eginez.

Cristian se reunirá mañana con la asociación para intentar iniciar una recogida de firmas entre sus socios y llevarlas a la Oficina Municipal de Información de Consumo.