Álvaro Arbina: "La Sinfonía del Tiempo es un enigma, son piezas que van encajando"

2 marzo, 2018

El arquitecto vitoriano presenta su segunda novela tras el éxito de La Mujer del Reloj

La Sinfonía del Tiempo ya está en la calle. La segunda novela del arquitecto alavés Álvaro Arbina sale con una tirada inicial cinco veces superior a 'La Mujer del Reloj'. Una novela ambientada entre finales del Siglo XIX y comienzos del Siglo XX.

Cuando uno abre La Sinfonía del Tiempo le recibe un texto de 20 líneas: una invitación a olvidarse de lo que le rodea para sumergirse de lleno en el libro y prestar atención a todo: "La novela es un enigma, son piezas que encajan. La novela es en tercera persona, pero de vez en cuando hay primeras personas que tienen una razón de ser muy importante.

Esta primera introducción hace alusión a eso. Te estoy poniendo una pregunta ¿Quién es esta persona que nos habla?" A caballo entre el thriller y la novela histórica Álvaro Arbina insiste en una máxima para los lectores: "La novela está impregnada de cosas que parecen una cosa y son otra."

"No quiero que el lector se piense que es un thriller puro y duro que se devora como una hamburguesa. Yo quiero que te invite a ir avanzando más sosegadamente. Es para saborear, tiene tramas, tiene matices. La trama se va desglosando poco a poco, surgen enigmas y preguntas que van quedando colgadas y se van resolviendo... es otro ritmo. Esta novela es como una especie de oásis. La literatura puede ser de mil maneras, pero es interesante que el libro desarrolle esa virtud: es un momento en el que eres tú como lector y el libro: solos. Quiero que te evadas de todos los estímulos que hay a tu lado".

Álvaro Arbina, autor de La Sinfonía del TiempoLa Sinfonía del Tiempo se ha escrito en solo dos años, con la seguridad de que Ediciones B (absorbida recientemente por Penguim Random House) publicaría su novela: "Tienes la seguridad de que te van a publicar, pero también la presión de que tienes que tener algo. No es lo mismo escribir 'a ver qué pasa' que hacerlo con la presión de la gente que te está esperando". La Mujer del Reloj surgió en las noches de Universidad durante sus dos últimos años de carrera.

La novela arranca en 1914 en Londres con una mujer como protagonista. Una Elsa que vive en plena revolución de la mujer, revolución que ella vive a su manera en la obra: "Desaparece su marido cuando ella está embarazada. Al quedarse sola se rebela y tiene su propia revolución en la vida íntima, reflejo de esa revolución más generalizada en la sociedad".

El 9 de marzo firmará en El Corte Inglés, el 17 en Elkar y el 22 en Arlekin

El regreso de la protagonista a su Costa Vasca sigue desencadenando nuevos hallazgos y enigmas. Todo en un pueblo cualquiera de nombre inventado, como ocurrió con La Mujer del Reloj en aquella aldea bajo los Montes de Vitoria: "Es beneficioso para la literatura crear el pueblo, porque te permite compaginar lo ficticio con lo real".

Arbina recorre 60 años (entre el siglo XIX y el XX) y diversos escenarios a lo largo de la obra. El punto neurálgico es la Costa Vasca: "Siempre me ha fascinado: un mundo en el que confluyen las costas vírgenes y los acantilados con la llegada de la industria". Desde ahí las redes del libro se tejen por multitud de escenarios: "El mar es ese camino hacia cualquier lugar".

"La novela refleja el Londres de Dickens, Oxford a lo largo del tiempo, pero también aparece la Viena del Imperio de los Aubsburgo o la Viena de Sigmund Freud". Aparece incluso Sigmun Freud como personaje: "Ha sido un reto construir ese personaje, muy divertido". El libro también viaja al Congo Belga o la Guerra de Boer en Sudafrica: "Me hubiera tenido que recorrer medio mundo si quisiera ir a todos los escenarios de la novela".

La documentación ha sido una parte vital del libro: "Cuando terminé la novela tenía el estudio lleno de post-its, de libros, de testimonios de la época, de grabados, libros de época: Stephan Zweig, Virginia Wolf, Unamuno, Baroja... libros que tienes que leer para captar la psicología y ese registro narrativo de la época".

  • El aprendizaje de La Mujer del Reloj

Arbina confiesa que para ser escritor tienes que ser un gran lector: "Tenía una inquietud interior, que era esa necesidad de expresarme. La encontré con la arquitectura, pero tenía la necesidad de escribir historias, que acabó saliendo con La Mujer del Reloj" .

Recuerda aquel momento como un doble trabajo:"No sólo crear una historia, sino aprender a escribir. Era un autodidacta". Hoy Álvaro sigue formándose, pero está actualmente centrado en su faceta profesional de escritor.