La Diputación Foral ha certificado la presencia de un ejemplar de chacal dorado en Álava. Una especie Canis aureus perteneciente a la familia de los Cánidos y que es el primer registro constatado en la península ibérica.
La presencia de este cánido es habitual en la Península Balcánica y desde finales del siglo pasado se ha ido extendiendo por países limítrofes. Por ello, ha sorprendido su presencia en Álava. Un hallazgo fortuito y consecuencia de un desafortunado atropello.
Los hechos se remontan al 8 de enero. Entonces, se detectó la presencia de un cánido atropellado en la carretera nacional A-1, en el punto kilométrico 379, a la altura de Agurain/Salvatierra.
Tras retirar el ejemplar de la calzada se analizó más exhaustivamente para determinar de qué especie procedía. Y es que podía tratarse de un ejemplar de lobo ibérico o un híbrido con perro.
Investigación
La necropsia llevada a cabo en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Martioda determinó que no era un lobo ibérico ya que el tamaño y apariencia no coincidía. Tampoco parecía un híbrido.
Por los análisis efectuados, y dado que tenía el cráneo y cara destrozadas, las características del animal y los datos biométricos se apuntaba a que pudiera ser un ejemplar de chacal. Pero había que certificarlo, por la novedad que suponía. Los restos encontrados en el estómago, pelos y partes de jabalí certificaban además que no podía proceder de cautividad.
Posteriormente, y tras un análisis genético realizado junto a la Facultad de Farmacia de Vitoria (Universidad País Vasco) se identificó a este ejemplar como un Canis aureus (chacal dorado).
Chacal dorado
El chacal dorado es un carnívoro de tamaño medio muy extendido por el sur de Eurasia y el norte de África. Tras un declive en la década de 1960, la especie ha conseguido recuperarse. Así, no solo ha recolonizado su área de distribución anterior: también se ha expandido a nuevas zonas.
La especie está avanzando rápidamente por Europa, un fenómeno a gran escala que se asemeja al de otros grandes carnívoros.
Los chacales dorados tienen gran plasticidad ecológica y prosperan en paisajes dominados por el hombre. Los principales factores implicados en la modificación del área de distribución de la especie parecen claramente antropogénicos. Su carácter carroñero, depredador de pequeños mamíferos y alimentación omnívora, hace que su presencia pase desapercibida. Por ello, se les llama “el fantasma de los bosques”.
Para el diputado de Medio Ambiente y Urbanismo, Josean Galera es un hecho "inédito" en Álava. Aunque la expansión de este mesodepredador confirma, lo ya conocido y documentado la presencia de animales divagantes en buena parte de los países europeos, desde Estonia a Francia.
Y por ello es muy probable que pasen años sin que volvamos a tener noticias de este cánido en Álava y en la península ibérica.
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