La falta de lluvia seca el humedal de Salburua
La balsa de Betoño, sin apenas agua, se ha convertido en una charca y la mayoría de patos la han abandonado
El humedal de Salburua no lo es ya tanto. Las escasas lluvias caídas desde la primavera y las altas temperaturas han transformado el aspecto habitual que luce este parque del Anillo Verde vitoriano, una de sus principales joyas.
Son muchos los paseantes que estos días observan con asombro la nueva estampa del humedal. Aguas estancadas, falta de riachuelos y suelos agrietados.
El paisaje más desolador y desértico es el de las balsas que pueblan el humedal de Salburua. Como la de Betoño. Una extensa masa de agua reducida a una charca de la que han desaparecido la mayoría de patos y demás aves acuáticas que la surcaban. Si bien es en otoño e invierno cuando suelen aparecer y mostrarse la mayor cantidad y diversidad de estas aves.
Ahora, en cambio, resulta fácil adentrarse a pie hasta la mitad de la balsa de Betoño y ver lo que ocultaban las aguas, lo que antes era inviable.
Habrá que ver si aparecen las lluvias características de estas fechas y devuelven al humedal de Salburua su paisaje habitual. Aunque, al menos esta semana, octubre seguirá con unas temperaturas más propias del verano.
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