"Estoy embarazada de seis meses y dormimos en el coche"

Libertad e Issiaga han pasado su segunda noche durmiendo en el coche, con todas sus pertenencias. Es su 'hogar' desde hace 48 horas. Hasta ahora vivían en un bungalow, pero tuvieron que abandonarlo tras acumular dos meses de impagos. La falta de recursos les ha impedido hacer frente al pago mensual. Ahora ambos están en la calle. Libertad está embarazada de seis meses y han solicitado ayuda a Servicios Sociales.

Su asistenta social les ha ofrecido como solución de emergencia el Frontón de Lakua: "Prefiero dormir en mi coche que tener que convivir con más personas. Soy persona de riesgo y no me puedo meter embarazada al frontón", defiende Libertad. Issiaga mantiene que, si es necesario, él puede dormir en el coche o en el frontón, pero busca una solución para su mujer embarazada.

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Coche en el que han dormido esta noche Libertad e Issiaga

El frontón de Lakua no acoge a familias, pero no existe una discriminación respecto a personas embarazadas. En realidad su estancia en el frontón sería una solución provisional, mientras los servicios sociales buscan una alternativa para ellos.

• Víctimas de la crisis económica

Semanas antes del inicio de la pandemia a Libertad se le acabó el paro e Issiaga fue despedido (tenía contrato por obra) de la empresa de limpieza en que trabajaba, sin llegar a acumular el periodo mínimo de cotización para el paro. De golpe se vieron sin ningún ingreso: ella tiene ahora acceso al subsidio mínimo, pero el SEPE no se lo concedió hasta este lunes. Y aún no sabe cuándo lo podrá cobrar.

Ambos insisten en que no quieren una vivienda gratis. Pero aseguran que no pueden pagar ahora mismo la fianza y el primer mes de alquiler. Han tocado varias puertas, pero la valoración y las diferentes gestiones se prolongarán varios días. La alternativa inmediata está en el Frontón de Lakua.

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• Plazas en Servicios Sociales

Los servicios sociales de Vitoria-Gasteiz han aumentado en las últimas semanas las plazas de emergencia social. La capacidad del Aterpe y Cmas se ha reducido para mantener la distancia de seguridad. Pero a cambio se han habilitado nuevos pisos de emergencia, e incluso pisos tutelados como pisos para atender a familias.

El problema es que ahora mismo hay más gente que nunca viviendo en la calle: a las personas sintecho y usuarias habituales del albergue se unen también muchas personas que vivían hasta ahora en pensiones o fondas, que han cerrado con la crisis. La crisis no es solo sanitaria, también es económica. Y, como siempre, tiene su mayor impacto en las personas más vulnerables de nuestra sociedad.