El día de la marmota

Por enésima vez el Ayuntamiento se enroca en debates en torno a la estación de autobuses, fruto de la incapacidad de los concejales para mantener sus promesas

Cuando parecía que el destino de la estación de autobuses y la ubicación estaban ya encarrilados, el cambio de postura en esta ocasión de Bildu, deja de nuevo incógnitas sobre el futuro de la estación.

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Los cambios de postura y las dudas en los partidos del Ayuntamiento han sido reiterados durante cerca de dos décadas, destacando el giro del PP tras ganar las elecciones y modificar el acuerdo mayoritario de ubicar la estación en Arriaga. Pero una vez aceptado ese cambio de postura, el hartazgo se deja ver ya en los ciudadanos de Vitoria, que han respondido con desgana a la propuesta de referéndum y ya no confían en ver una nueva estacion.

Ante la situación actual parece poco probable que los políticos y vecinos logren movilizar al 20% del electorado de Vitoria. No existe esa movilización social, al margen de en el entorno de América Latina, donde una decena de manzanas  se disputan el regalo de ser los vecinos de la estación de autobuses. Una estación que ha sido estigmatizada como si de un basurero se tratase (¿se acuerdan de aquella planta de Simón de Anda que los vecinos denunciaban que iba a oler todo el día?).

PNV, PSE y Bildu van a intentar acercar posturas para llevar a cabo dicha consulta. ¿Necesaria?

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