Tánger pasa de su palacio en Vitoria

20 febrero, 2014

El Ayuntamiento de Tánger es, desde hace casi medio siglo, propietario de una pequeña parte del Casco Medieval: el Palacio de los Álava-Esquibel. Se trata de uno de los edificios más significativos del Casco Histórico, y está ubicado entre las Calles Herrería y Zapatería, con un gran jardín privado junto al Bodegón Gorbea. Este edificio, […]

marruecosEl Ayuntamiento de Tánger es, desde hace casi medio siglo, propietario de una pequeña parte del Casco Medieval: el Palacio de los Álava-Esquibel. Se trata de uno de los edificios más significativos del Casco Histórico, y está ubicado entre las Calles Herrería y Zapatería, con un gran jardín privado junto al Bodegón Gorbea.

Este edificio, del siglo XV, presenta un avanzado estado de deterioro y por ello el Ayuntamiento vitoriano ha instado en numerosas ocasiones a su homólogo de Tánger a realizar las reformas correspondientes. Sin embargo los vitorianos no han recibido respuesta. Por ello el consistorio vitoriano ha optado finalmente por actuar de oficio, y que sea Vitoria quien corra con los gastos para posteriormente pasar la factura al reino Alauí. El Palacio de Álava Esquivel luce una malla protectora para evitar la caída de cascotes en la fachada de la Herrería y se actuará sobre ella.

En los detalles de su construcción se aprecia por ejemplo un reloj de navío apresado en 1782 a los ingleses, y que en estos momentos se encuentra en mal estado de mantenimiento.

El edificio ha tenido numerosos dueños. El último fue el Duque de Tovar Ignacio de Figueroa y Melgar quien, al morir en 1953 sin hijos, legó su herencia al Instituto Norteamericano del Cáncer y, en caso de que renunciara, a la ciudad de Tánger. Los norteamericanos renunciaron y el Duque de Tovar cedió en 1953 todas sus posesiones al protectorado español. En 1956 se  crea el Reino de Marruecos y en 1960 Tánger se integra en él.

Es por eso que Tánger ostenta numerosas propiedades por todo el Estado, por las cuales apenas se preocupa. La mayoría de los edificios que el Duque de Tovar entregó a Tánger son de carácter histórico y con un alto valor patrimonial, lo que se traduce en un importante coste de mantenimiento. Hace unos años Madrid compró a Tánger un edificio en ruinas.