La hipoteca y el alquiler libre se llevan la mitad del salario de los jóvenes en Euskadi

10 febrero, 2021

La mayoría de los jóvenes se quedan en casa de sus padres o recurren a VPO y alquiler social

La juventud vasca tiene que dedicar más de la mitad de su salario al pago de la hipoteca o del alquiler en el mercado libre. Así lo refleja el informe sobre emancipación en la juventud. Una situación que complica mucho la independencia para los jóvenes que quieren vivir solos.

Vivir solo es una opción para muchos, pero no es fácil. Los costes de los pisos y de las hipotecas siguen siendo elevados, e inasumibles con unos sueldo que rondan los 1.000€ de media en esta franja de edad. Los hombres tienen mayores ingresos que las mujeres, algo relacionado con los sectores masculinizados y feminizados.

La hipoteca de VPO supone el 30% del salario

La VPO es, en realidad, la mejor opción para emanciparse. En este caso la compra de una vivienda protegida en solitario supone para la juventud vasca destinar el 30,7% del salario neto mensual al pago de la hipoteca. Alquilar un piso protegido por su parte, implica un coste menor, el 25,3 % del salario neto al pago de la renta de alquiler mensual. Estas dos opciones permiten a la juventud emanciparse en solitario sin riesgo de sobreendeudamiento. El problema está en que el alquiler protegido requiere unas condiciones muy estrictas.

Vivienda libre

Por su parte, el porcentaje de salario neto mensual que una persona asalariada de 18 a 34 años debió destinar al pago de la primera mensualidad de la hipoteca para la compra en solitario de una vivienda en el mercado libre fue del 55,1% en 2019. Mientras, el porcentaje del salario neto mensual que una persona joven asalariada debió destinar al pago de la renta de alquiler fue del 50,4%.

El desplome de la vivienda libre ha hecho que los precios bajen. En 2007 era necesario casi el 98% del salario para pagar la hipoteca. El descenso respecto a los años previos se debe, principalmente, al descenso en los precios de venta de las viviendas libres y también a la rebaja de los tipos de interés aplicados a los préstamos hipotecarios.

En 2019 un joven de 18 a 34 años podía permitirse vivir en una vivienda de, como mucho, 47,9 m2. Eso para no destinar más del 30 % de su salario neto mensual al pago de la primera cuota del préstamo hipotecario. Número similar al de los últimos cinco años, pero muy superior a la registrada en 2007, cuando no llegaba a los 30 m2 (27,1 m2). Esto se debe al descenso en el precio de los pisos, no tanto al aumento del poder adquisitivo.