Dos expertos acusan a la Diputación de cometer "barbaridades" al restaurar algunos dólmenes

21 mayo, 2017

Dos expertos en Prehistoria de la UPV denuncian "el mayor atentado contra el patrimonio que se ha hecho en el territorio de Álava”

dolmen el montecillo

Restauración del dolmen del Montecillo en Villabuena

Los trabajos realizados por la Diputación en los últimos años para restaurar los dólmenes de la Chabola de la Hechicera, Alto de la Huesera, el Sotillo y el Montecillo, situados en Rioja Alavesa, suponen "el mayor atentado contra el patrimonio que se ha hecho en el territorio de Álava”.

Así lo denunció Javier Fernández Eraso, catedrático de Prehistoria en la UPV, el jueves pasado en las Juntas Generales, donde detalló acompañado del profesor José Antonio Mujika Alustiza "las barbaridades" cometidas en la conservación de estas cuatro estructuras megalíticas. Todas han sido declaradas por el Gobierno Vasco como Bien Cultural Calificado en la categoría de Conjunto Monumental.

Ambos expertos de la UPV redactaron en 2009 por encargo de la Diputación un plan director donde exponían cómo se debían desarrollar las actuaciones en los monumentos megalíticos de la provincia para evitar daños irreversibles. Además, intervinieron a partir de 2010 en los dólmenes de la Chabola de la Hechicera en Elvillar, Alto de la Huesera en Laguardia, el Montecillo en Villabuena y el Sotillo en Leza.

Sin embargo, en junio de 2016 abandonaron el grupo de trabajo formado por profesionales de la Diputación y la UPV para la conservación de los dólmenes alaveses. Lo hicieron porque discrepaban completamente con las restauraciones llevadas a cabo en estos tres últimos monumentos funerarios. “Si hubieran contado con nuestro asesoramiento no se habrían producido estas barbaridades, porque a la vista está que en la Diputación no entiende nadie de dólmenes”, aseguró Eraso. "Se trata de un problema realmente muy serio".

Los académicos iniciaron su discurso, apoyado en diapositivas, con el dolmen de La Chabola de la Hechicera. "Se introdujo una cantidad muy exagerada" de cal hidráulica en el interior de la cámara dolménica para evitar que las piedras pudieran moverse. Se añadió tanta que "antes uno era incapaz de alcanzar con la mano la losa de cubierta y hoy en día llega a tocarla sin ningún problema. Fue la primera vez que protestamos".

Los expertos en Prehistoria de la UPV denunciaron que se contrate a empresas de construcción no especializadas en trabajos de restauración

dolmen alto de la huesera

Dolmen de Alto de la Huesera en Laguardia

Asimismo, criticaron que en el dolmen de Alto de la Huesera intervino una empresa de construcción no especializada en trabajos de restauración. "Cuando se empezó a extraer la losa de cubierta, ésta se cayó y partió porque estaba mal enganchada". Además, se excavó “con pico y pala” y se utilizó un camión para volcar las piedras alrededor del dolmen.

Una vez pegada y consolidada la losa de cubierta, lo que supuso un coste añadido, fue una firma dedicada a la restauración de monumentos arqueológicos la responsable de colocarla en su sitio. En esta ocasión, no ocurrió ningún accidente. "Es evidente que la forma de actuar de una empresa y de la otra no es la misma".

En cuanto a la contratación de compañías no especializadas, el jefe del servicio foral de Arqueología, Félix López, respondió durante su comparecencia en las Juntas Generales que se trata de empresas que “llevan treinta años haciendo trabajos de este tipo tanto para la Diputación como para el Gobierno Vasco”.

Los académicos también destacaron que en el Sotillo “se cambió por completo la tipología” del dolmen y se colocó una losa cruzada. Además, señalaron que la introducción de cal hidráulica y cascajo en su corredor puede ser irreversible. Mientras que en el Montecillo, el área de piedras circular a su alrededor “tiene ahora un diámetro irregular”, cuando debería formar un círculo perfecto.

Si no hubiesemos actuado en el dolmen de Alto de la Huesera, los restos de 40 personas estarían ahora bajo 40 cm de cal hidráulica

Asimismo, rebatieron con más de un ejemplo las acusaciones vertidas contra ellos de que excavan demasiado o avanzan muy lentamente en sus investigaciones sobre el terreno. "Si nosotros no hubiésemos actuado en la cámara del dolmen de Alto de la Huesera con la intención de consolidar sus paredes, los restos humanos que se descubrieron, pertenecientes a 40 personas, estarían ahora debajo de 40 cm de cal hidráulica".

Tras la valoración de los profesores, la diputada foral de Euskera, Cultura y Deporte, Igone Martínez de Luna, que compareció a petición de Podemos, aseguró que el grupo de trabajo se regía por “los mismos criterios de preservación y conservación fijados en 2010 por la Unesco y que también se aplicaron en el dolmen de La Hechicera”. Estas directrices se basan en “la reversibilidad de todas las actuaciones", que se ejecutan "bajo el principio de mínima intervención arqueológica”.

La responsable foral de Cultura, que estuvo acompañada del director del departamento, Joseba Koldo Pérez de Heredia, y el jefe de servicio de Museos y Arqueología, Félix López, señaló que las declaraciones de los dos profesores “se deben a una diferencia de criterio” con el resto del grupo de trabajo. A este respecto, Fernández y Mujika aseguraron que “no es cierto que esto se deba a diferencias de criterios a la hora de trabajar en los dólmenes. Va más allá, hablamos de falta de rigor histórico y sobre todo de criterio", reprocharon.