Llega la Navidad, regala una bicicleta

Con media ciudad iluminada por las “maravillosas” luces 3D que anunciaron a bombo y platillo, se da el pistoletazo de salida a la compra impulsiva de regalos navideños. El espíritu del Olentzero invade todas nuestras casas y sentimos la necesidad de mostrar nuestro afecto a base de bienes materiales que, tristemente, muchas veces quedan olvidados en el cajón por la inutilidad de dichos artículos. Pues bien, hoy vengo a razonar los motivos por los que una bicicleta es el regalo acertado para que esto no pase, y de paso me reconcilio con el espíritu navideño.

Y es que regalar una bicicleta es hacer un favor a la persona que la recibe. ¿No es esa una de las mejores razones para hacer un regalo? Con que el afortunado tenga un poco de voluntad y aparque o compagine la bici con el coche o el autobús en sus desplazamientos por la ciudad, todos, y no solo él, estaremos ganando en salud y bienestar.

Regalando una bicicleta, todos, y no solo el afortunado, estaremos ganando en salud y bienestar.

La excusa de que una bici es cara, sinceramente, no vale. Cuando hablamos de bicis para la ciudad, no nos referimos a la bicicleta que ganó el Tour ni a la que lleva el Campeón del Mundo de Mountain Bike, lo que se necesita es una bici funcional que sirva en el uso del día a día y por la que no tengamos que rezar siempre que la dejemos candada. Una visita a cualquier portal de anuncios, o un paseo por alguna de las tiendas de segunda mano que tenemos en Gasteiz y os aseguro que desde 50€ se pueden encontrar bicicletas más que útiles para su uso diario.

Todo esto por no hablar del empacho de bicis que tienen buena parte de los camarotes, bodeguillas y trasteros de nuestra ciudad. Estoy seguro que a nada que cualquiera de nosotros hable con su entorno de este tema, seríamos capaces de montar un pelotón de lo más variopinto. Gasteiz es una ciudad con mucha tradición ciclista, por lo que no me quiero ni imaginar la cantidad de tesoros llenos de polvo que puede haber escondidos. Rescatar una de estas bicis restaurándola, customizándola o simplemente haciéndole una puesta a punto, consigues matar dos pájaros de un tiro, reciclar un trasto olvidado y convertirla en un regalo perfecto.

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Eso que muchos llaman trastos viejos, realmente son tesoros deseosos de una segunda vida.

Gasteiz vive un momento dulce con las dos ruedas y aunque queda mucho para que nos convirtamos en una ciudad realmente ciclista, podemos decir que vamos por el buen camino. Las consecuencias de regalar una bicicleta pueden ser realmente positivas para la ciudad, hay poco que perder y mucho que ganar. A nada que unos pocos se animen a salir a la calle a pedalear con su nuevo regalo, la ciudad ya se encargará de convencerles de que es el mejor medio de transporte posible con el que moverse por nuestras calles durante todo el año. Y en el caso de que el regalo no convenza, siempre se puede poner a la venta para que la bicicleta encuentre un nuevo dueño que sí quiera aprovecharse de sus ventajas.