Las últimas horas de la estación provisional

14 marzo, 2015

La estación de autobuses provisional de Los Herrán pasará hoy a la historia, aunque en esta tarde de domingo nada haga presagiar su final. Los autobuses de Pesa, La Unión, La Burundesa o Continental llegarán desde mañana a Euskaltzaindia. La cuenta atrás, la de verdad, ya toca a su fin. 22 años después la estación […]

los herranLa estación de autobuses provisional de Los Herrán pasará hoy a la historia, aunque en esta tarde de domingo nada haga presagiar su final.

los herran estacionLos autobuses de Pesa, La Unión, La Burundesa o Continental llegarán desde mañana a Euskaltzaindia. La cuenta atrás, la de verdad, ya toca a su fin. 22 años después la estación provisional cerrará sus puertas y el edificio de Los Herrán dejará paso a un parque infantil cubierto, tal y como prometió el PP en la campaña electoral.

El cambio llegará también al resto de la zona, con la creación del nuevo bidegorri y la habilitación de aparcamientos alrededor del edificio.

Así será el Parque infantil

Los taquilleros se trasladarán a unas nuevas instalaciones, más modernas, con mayor comodidad y con la certeza de que esa será su ubicación definitiva.

Sin embargo, un grupo de cinco personas se quedará sin empleo: es el personal contratado por la actual concesionaria. Al haber optado el Ayuntamiento por la gestión directa, estos empleados no pueden ser subrogados y por ello acabarán en la calle.

  • Estudiantes y jóvenes trabajadores

estacion los herranEste domingo son unas horas en que el ir y venir de pasajeros sigue siendo constante. Las horas más fuertes coinciden con el inicio y el final del fin de semana.

Y es que muchos de los pasajeros que cogen esta estación son estudiantes universitarios o jóvenes trabajadores que han emigrado a Madrid, Barcelona u otra provincia en busca del trabajo que no encuentran en Vitoria.

Para ellos no ha existido otra estación que la de Los Herrán. Aquella Estación de Autobuses de la Calle Francia suena ya muy, muy lejana. Casi perdida en el olvido. Y, sin embargo, no hace tanto de su derrumbe.

  • Levantada en 1993

La actual estación de Los Herrán se inauguró en 1993 con la intención de ser un apeadero provisional para funcionar mientras durasen las obras de la nueva Estación Ibarrola.

La obra de Los Herrán ya arrancó con polémica (raro sería que una obra no levante polvareda en Vitoria) por la tala de varios árboles en la mediana entre Los Herrán y José Mardones. Lo que se buscaba con esta actuación era disponer de un apeadero lo más cercano posible al real, teniendo en cuenta que su uso no iba a superar los dos años. Eso sí, pese a su carácter de provisional, se trataba de una estación que no tenía nada que envidiar a Termibus en Bilbao o a la 'estación' de Donosti en Amara. Es por esto que, tras fracasar la reforma de la estación de la Calle Francia, no hubo luego tanta prisa por construir una nueva estación.

Durante estos 22 años, como es lógico, las dependencias de la Estación han sido ‘parcheadas’ en numerosas ocasiones, y la seguridad se ha incrementado de forma importante en los últimos años. Los robos en la zona se han reducido. Además, los servicios y las taquillas también tuvieron que ser reformados, y en las tardes de invierno se agradece el calor necesario para esperar la llegada de tu autobús.

La estación también ha sido siempre punto de encuentro de numerosos jubilados que acuden, sobre todo en invierno, al refugio de una techumbre para pasar las mañanas en los bancos de la terminal. Ahora tendrán que buscar un nuevo entretenimiento en la zona. Puede que, en el futuro parque infantil haya un banco para seguir viendo pasar la vida en él, pero mientras tanto se quedan sin uno de sus puntos de reunión.

  • Estación Ibarrola

El cierre de Los Herrán supone también dar carpetazo a unos de los momentos más desagradables de la historia de Vitoria, el de la Estación Ibarrola. Las obras de la Estación de Autobuses de Francia nunca llegaron a culminar. De hecho apenas arrancaron.

Lo poco que se hizo fue excavar un agujero que, durante muchos años, presidió la trasera del edificio de la Estación. Un edificio que fue derribado con el cambio de siglo, dejando atrás el mítico Bar de La Estación o ese agujero en lo alto de la fachada central que servía de palomar. Poco después, el solar tuvo que ser ocupado por el Museo Artium, una vez que se produjo la quiebra de la concesionaria y se vio inviable la construcción de la terminal en dicha ubicación.