Poncia
Dentro de una tormenta de niebla, Poncia, la criada de Bernarda Alba, reza por la muerte de Adela. La casa se ha sumido en un mar de silencio. Poncia habla sola y también con ellas, con Bernarda Alba y sus hijas.
Esta obra, que toma como punto de partida La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, está escrita a partir de las intervenciones de Poncia. Luis Luque ha analizado este personaje de forma profunda y ha rescatado sus intervenciones para convertirlas en soliloquios, diálogos con fantasmas y sombras. Poncia habla después del shock producido por el suicidio de Adela, su lengua se desata y descubrimos su simpatía por la más joven de las hijas.
En palabras de su autor, Luis Duque, “Poncia habla de suicidio, libertad, culpa, clase, educación y sexo. Y lo habla con toda la fuerza de una voz que ha sido maltratada y callada. El alma de “la Poncia” se abre para insistir en la necesidad de transferir a los demás la idea de amarnos en libertad”.